¿Cómo sabrá que lo amas?

Cómo le muestras cariño

Ayer di por terminado el registro de mi primera semana de El Camino del Artista y como parte de las tareas del primer bloque, teníamos que escribir una lista de los Grandes Monstruos de nuestra historia, así como los Grandes Defensores.

Para explicarlo, antes de ahondar en el tema, puedo decir que ambos grupos tienen que ver con la construcción de nuestro sistema de creencias desde que somos pequeños.

Cameron (1992) describe a los Grandes Monstruos como “…viejos enemigos de tu autoestima creativa”, mientras que los defensores son “… aquellos que te quieren bien a ti a tu creatividad”.

Una vez teniendo el panorama claro, les cuento mi experiencia con un fragmento de esos ejercicios.

La última parte de la lista de tareas consistía en escribir sobre los grandes defensores y, como no es de los villanos de la película de quienes quiero hablar, esos héroes sin capa son los protagonistas de este escrito.

Julia Cameron, El Camino del Artista

Entonces lo hice. Fue sencillo y muy bonito poder enumerar y describir con tanta facilidad a las personas que me hacían sentir cómoda, querida y de las que percibía un cariño genuino. El día de hoy sigo pensando que me faltan varios nombres que puedo seguir sumando, pero eso me tranquiliza porque habla muy bien de los lazos que estoy construyendo a lo largo del camino.

Una vez terminé de escribir sobre las cinco personas (que inicialmente debían ser tres), se me ocurrió la idea de mostrarles lo que había escrito de ellos.

¿Por qué? Porque soy muy curiosa, y si alguien estuviera escribiendo algo positivo sobre mi, insistiría hasta que me dejara leerlo.

No era necesario, vale acotar. De hecho Julia Cameron aboga por la privacidad de las tareas y las respuestas de sus estudiantes, pero no me pareció algo malo, lo que estaba escribiendo era todo menos negativo. Entonces lo hice: un mensaje y la foto del escrito que correspondía a cada uno.

¡Y las reacciones fueron tan, pero tan hermosas y poderosas!

Se trataba de personas que ya conozco: amigas y amigos de vida, familia de sangre y adquirida. De haber sabido que mis palabras escritas generarían ese impacto, hubiera buscado otra vía para decir desde hace mucho lo importante que estas personas eran para mi, pero nadie puede ver el futuro y lo que nos queda es trabajar con las herramientas que nos da el presente.

Fue gratificante desde todas las perspectivas y sí, hizo mi día mucho más brillante y me hizo quererlos más si es que eso es humanamente posible.

Mensajes de mis amigos. Dos de ellos viven en España

Entonces fui consiente de la importancia que tiene recordarle a las personas que más quieren lo valiosas que son para ti. Quizás el enfoque no necesariamente tenga que ser hacia uno, pero reforzar cualidades positivas que vemos en otros es una manera de demostrar afecto y ¿quién sabe? Puedes darle un giro radical a la rutina de esa otra persona o simplemente puedes hacerla sonreír.

A veces la costumbre nos hace olvidar aquellas cualidades que nos hacen destacar.

Siempre me percibía como alguien muy expresiva, alguien que a veces decía demasiado, pero con el tiempo creo que la adultez nos cohibe y por eso damos por sentadas muchas cosas que en cualquier momento pueden desaparecer, pues nuestro mundo es así… efímero.

Retomar la labor de recordarle a mis amigos, familiares y conocidos lo agradecida que estoy por su presencia en mi vida y por sus aportes a mi crecimiento como ser humano nunca se sintió tan bien.

Entonces, como buena fanática de Disney, se me vino a la cabeza las palabras de Amy Adams como Giselle en Encantada, la película de 2007.

¿Cómo sabrán que los amas?, ¿cómo le muestras cariño?

Los lenguajes de amor varían de persona a persona, pero si de algo estoy segura es que aquellos que tienen un lugar privilegiado en tu corazón deben saberlo.

Esta vida es muy corta y, repito, no debemos dar nada por sentado (puede que incluso sea uno de mis mantras desde el año pasado). No tienes que hacer un curso o una tarea. Un mensaje, una comida preparada, un gesto, un dibujo… cualquier cosa sirve para llegar a los demás y hacerles sentir que en esta galaxia tan gigante, ellos tienen un lugar en la primera fila de tu planeta.

“No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.” El Principito.

Y aquí entra la única tarea que creo que todos tendríamos que tener: diles que los amas y llénalos de amor.

Así es como lo sabrán.